El Jabuticaba o Myrciaria cauliflora es un arbusto o árbol pequeño de hoja perenne que pertenece a la familia Myrtaceae y es originario del Este y Sur de Brasil, Argentina, Paraguay y Bolivia.

El árbol crece hasta los 20-30 pies de altura y en casos más raros crece hasta los 50 pies, alcanzando edades de hasta cien años en la naturaleza. La suave corteza crea escamas y presenta un color moteado entre gris y naranja-marrón. Las hojas simples tienen una forma oval o elíptica con una punta puntiaguda y crecen en un patrón alterno. Las flores pequeñas y blancas con muchos estambres aparecen directamente sobre el tronco y ramas principales; seguidas por un fruto negro, redondo y dulce que contiene entre 1 y 4 semillas. Puede comerse crudo o hacer mermelada, sirope o licor con él. El Jabuticaba es una especie muy atractiva para el Bonsái y puede diseñarse en muchos estilos, pero lo más apropiado es emplear los estilos Recto Informal o de Escoba. El árbol Brasileño de la Uva, que es otro de los nombres populares de este árbol, es muy fácil de cuidar, pero recuerde que no es resistente a las heladas.

Si necesitáis ayuda al identificar vuestro árbol; podéis probar con nuestra guía de identificación de Bonsáis.

 

Cuidados específicos del Bonsái de Jabuticaba

Situación: El sol y las temperaturas cálidas son esenciales para la floración y la fructificación. El Jabuticaba crece lentamente a bajas temperaturas. Cuando las temperaturas caen por debajo de los 50 °F, debe protegerse el árbol del frío y el viento. En los climas más fríos, el Jabuticaba puede cultivarse en interior usando luces de crecimiento. En los climas muy cálidos, debe proveerse una sombra parcial en el Verano durante las horas más calientes del día.

Riego: Desde la Primavera hasta el Otoño, el Jabuticaba crece vigorosamente y con un consumo elevado de agua. En Verano, la masa de raíces debe mantenerse húmeda y no debe secarse por completo. Sin embargo, un riego excesivo puede provocar la pudrición de las raíces y en consecuencia la muerte del árbol. En Invierno, deje que la superficie del substrato se seque antes de volver a regarlo. Emplee agua sin cal con un valor de pH neutral o ligeramente ácido. Intente brindar al árbol una humedad elevada.

Abonado: Durante la estación de crecimiento, cuando el Jabuticaba está creciendo vigorosamente, abónelo con un abono sólido orgánico rico en fósforo (P) y en micronutrientes; o emplee un abono líquido semanalmente. Después del trasplante espera un mes antes de seguir con el abonado. Los árboles débiles o enfermos no deben abonarse hasta que empiecen a recuperarse.

Poda y Alambrado: Para mantener la forma del árbol, recorte las ramitas y los brotes varias veces al año, excepto en el Invierno. La poda drástica debe realizarse al final del Invierno. Las heridas sanan muy bien y el árbol brota incluso a partir de la madera vieja. Elimine las hojas muertas y quite los chupones y brotes que compitan con las ramas más largas. El Jabuticaba puede alambrarse, pero elimine el alambre antes de que provoque feas cicatrices en su hermosa y suave corteza. En su lugar, siempre que sea posible, emplee tensores. Después de establecer el diseño básico del árbol, ya este puede mantenerse mayoritariamente con el pinzado.

Trasplante: Trasplante el Jabuticaba cada dos años al principio de la Primavera cuando empieza a crecer. Emplee un substrato que pueda a la misma vez retener la humedad y drenar el agua. Substratos típicos de las Azaleas, como la Kanuma, son buenas opciones dado que el Jabuticaba prefiere substratos ligeramente ácidos con valores de pH que oscilen entre 5.5 y 6.5. Las raíces pueden podarse hasta un 50%.

Propagación: El Jabuticaba puede propagarse a partir de semillas, pero al igual que con los plantones, toma demasiado tiempo conseguir que fructifique. Acodar una rama que ya tenga frutos es la mejor alternativa. El momento ideal para realizar acodos es al final del Invierno.

Plagas y Enfermedades: Los áfidos, los insectos de escamas o los nematodos pueden atacar al Jabuticaba. En tales casos, emplee un insecticida específico e intente mejorar las condiciones en las que vive el árbol. Los Jabuticabas son vulnerables a varias enfermedades fúngicas como la roya, especialmente cuando llueve mucho durante la floración. También lo pueden afectar el cancro, y la muerte o pudrición de los frutos. En tales casos se necesita un fungicida. A las aves y otros animales les gusta robar sus frutos.

Para una información más detallada en estas técnicas; podéis buscar nuestra sección del Cuidado del Bonsái.