Aunque la palabra 'Bon-sai' es japonesa, el arte que describe tiene su origen en el imperio chino. Hacia el año 700 d.C. los chinos habían empezado el arte de 'pun-sai' utilizando técnicas especiales para cultivar árboles enanos en tiestos. Originalmente sólo la elite de la sociedad practicaba ‘pun-tsai’ empleando especímenes autóctonos recolectados de la naturaleza, árboles que después eran enviados por toda China como lujosos regalos.

Durante el período Kamakura, período en el que Japón adoptó la mayoría de marcas culturales de China, el arte del cultivo de árboles en contenedor se introdujo en Japón. El pueblo japonés desarrolló el Bonsái siguiendo la influencia del budismo Zen y condicionado por el hecho de que Japón es sólo un 4% del tamaño de la China continental, por tanto la gama de formas de paisaje es mucho más limitada. Muchas de las técnicas conocidas, herramientas y estilos fueron desarrollados en Japón a partir de los originales chinos. Aunque era conocido de manera limitada fuera de Asia desde hace tres siglos, sólo recientemente el Bonsái se ha extendido verdaderamente fuera de su tierra natal.

 

 

Historia del Bonsái en China

En los territorios ahora conocidos como China se fabrican cuencos poco profundos y tazones aplanados de barro –nombrados como “pen”, “pan” o pun”- desde hace más de 5000 años. Unos cientos de años después del inicio de su fabricación, durante el periodo de la edad del bronce china, este tipo de formas fueron unas de las elegidas para recrear en bronce objetos que se utilizaban en ceremonias religiosas o políticas. Hace aproximadamente 2500 años, la teoría china de los cinco elementos (agua, fuego, madera, metal y tierra) promovió el interés por las réplicas en miniatura. La recreación de una montaña, por ejemplo, a una escala reducida podría centrar a un estudiante en sus propiedades mágicas y tener acceso a ellas. Cuanto mayor fuese la calidad de las proporciones respecto al original mayor sería el potencial mágico en su interior. Unos doscientos años más tarde, durante el mandato del emperador Han, aumentaron las importaciones de nuevas especias e inciensos gracias a los nuevos lazos comerciales abiertos. Se creó un nuevo tipo de vasija, un quemador de incienso en forma de los picos de una montaña que se alzaba por encima de las olas y que simbolizaba la morada de los inmortales, la idea entonces popular de las míticas Islas de la Bendición. Inicialmente formados en bronce, bronce bruñido o cerámica, algunos de estos quemadores basados en pequeños platos alargados fueron usados para contener brasas o para contener agua y simbolizar un océano. Las tapas desmontables de estos quemadores a menudo estaban cubiertas de representaciones de estilizadas figuras legendarias escalando las paredes de colinas boscosas. Con la perforación de las tapas, el humo del incienso podía surgir de su interior hueco recreando las místicas nieblas de las montañas de tamaño real. Se cree que algunas de esas tapas posteriormente hechas de piedra podrían haber sido decoradas con líquenes o musgo enganchados, formando paisajes naturales en miniatura.

Del año 706 d.C. aproximadamente, provienen las pinturas de la tumba del Príncipe Zhang Huai que incluyen representaciones de dos damas de compañía ofreciendo paisajes de rocas en miniatura con pequeñas plantas en platos poco profundos. Éstas son las primeras descripciones escritas de estos pun wan (juguetes de bandeja). Como la creación y el cuidado de estas composiciones ya era algo complicado, fue necesario un avance de las técnicas relacionadas y tuvo lugar la maduración de este arte (pero la documentación de este hecho aún no ha sido descubierta).

Los primeros árboles recolectados de la naturaleza y, a continuación, cultivados en contenedores se cree que fueron aquellos con formas peculiares y retorcidas modeladas de forma natural. Estos fueron denominados "sagrados" en oposición al término "profano" porque dichos árboles no podían utilizarse para fines prácticos y ordinarios como para obtener madera. Sus formas grotescas eran reminiscencias de posturas de yoga que repetidamente dobladas sobre sí mismas, provocan la recirculación de los fluidos vitales que se dice que alargan la vida.

A lo largo de los siglos se desarrollaron diferentes estilos en las diversas regiones, algo lógico en un país tan grande, con sus muchos y variados paisajes; los cuencos de cerámica y loza expuestos sobre madera reemplazaron a los de porcelana, y se hicieron intentos de dar forma a los árboles empleando estructuras de bambú, alambre de latón o tiras de plomo. Muchos poetas y escritores realizaron obras que incluían una descripción de un árbol o de paisajes montañosos en miniatura, y muchos pintores incluyeron un árbol enano en maceta como un símbolo del estilo de vida de un hombre sabio. Con posterioridad al siglo XVI, estos fueron llamados pun tsai o "bandeja de sembrar". El término pun ching ("bandeja paisaje" ahora llamado penjing) realmente no entra en uso hasta el siglo XVII.

 

Miniature landscape from Gothaer Penjing Album, Canton, c.1800

Paisaje en miniatura de Gothaer Penjing Album

 

Historia del Bonsái en Japón

Se cree que los primeros paisajes cultivados en bandejas fueron llevados desde China a Japón por lo menos mil doscientos años atrás (como recuerdos religiosos). Pertenece al siglo X el siguiente pasaje literario japonés en que se alude a la idea de modificar la forma de un árbol para hacerla parecer atractiva a los hombres: “un árbol que se deja crecer salvaje en su estado natural es como algo crudo, un diamante en bruto. Es solo cuando permanece cerca de las personas que con mimo lo modifican dándole una forma y un estilo cuando adquiere la capacidad de conmovernos”. Lea el artículo sobre el significado del Bonsái para obtener más información.

Los primeros de estos paisajes hechos en Japón se formaron hace unos ochocientos años. Todas las cosas chinas fascinaron a los japoneses, y en algún momento el budismo chino Chan (el budismo Dyhana practicado en India cruzado con taoísmo chino nativo) también fue importado y se convirtió en Japón en el llamado budismo Zen. Buscando la belleza en la severa austeridad, los monjes Zen –caracterizados por un menor número de formas terrestres– desarrollaron sus paisajes empleando ciertas normas para que un solo árbol en una maceta pudiese representar el universo. Las macetas japonesas fueron generalmente más profundas que las del continente, y la forma de jardinería resultante fue llamada hachi-no-ki, literalmente, árbol de la taza. Un cuento de finales del siglo XIV, habla sobre un samurai arruinado que en una noche fría de invierno sacrificó sus tres últimos árboles enanos plantados en maceta para proporcionar calor a un monje viajero, y se convirtió en una popular obra de teatro Noh, pudiéndose encontrar a través de los siglos grabados relacionados con esta historia.

 

What is Bonsai

Bonsai "Akirafutokoro Prince" (706 AD), Ritsumeikan University

 

Todo el mundo, desde los shoguns o líderes militares hasta los campesinos ordinarios cultivaba algún tipo de árbol o azalea en un bote o concha. A finales del siglo XVIII, comenzó a celebrarse anualmente en la ciudad de Kioto, entonces capital de Japón, una feria donde se exponían los tradicionales pinos enanos plantados en maceta. Maestros de cinco provincias y las áreas vecinas traían una o dos plantas cada uno a la exposición para que fuesen juzgadas y valoradas por los visitantes. Ya por entonces, la ciudad de Takamatsu (en la que se encuentra Kinashi con numerosos viveros de Bonsáis) tenía como mayor fuente de ingresos los campos de cultivo de pinos enanos parcialmente formados.

Alrededor del año 1800, un grupo de estudiosos de las artes chinas se reunieron cerca de la ciudad de Osaka para discutir los últimos estilos en árboles en miniatura. Sus árboles enanos fueron renombrados como "bonsai" (la pronunciación japonesa del término chino pun-tsai) con el fin de distinguirlos de los hachi-no-ki ordinarios que muchas personas cultivaban. La bandeja del bon era menos profunda que el recipiente del hachi. Esto demostraba que al menos algunos cultivadores tuvieron éxito encontrando las necesidades horticulturales de los árboles enanos plantados en pequeñas macetas. El Bonsái pasó a ser visto como una cuestión de diseño, el enfoque que lo relacionaba con una actividad artística o artesana reemplazó el enfoque religioso o de la tradición mítica.

Durante el siguiente siglo se crearon nuevos estilos y se estableció una mayor diversidad de tamaños, fueron publicados libros y catálogos sobre árboles, herramientas y macetas, y se llevaron a cabo las primeras exposiciones formales. Los alambres de cobre y hierro sustituyeron a las fibras de cáñamo para dar forma a los árboles. Se fabricaron en masa grandes cantidades de bandejas en territorio chino siguiendo las especificaciones japonesas y creció el número de aficionados al Bonsái.

 

At the second Kokufu Bonsai Ten, December 1934

En la segunda Kokufu Bonsái Ten, diciembre de 1934

 

Tras el gran terremoto de Kanto que devastó la zona de Tokio en 1923, un grupo de treinta familias de cultivadores profesionales se reasentaron a unos 30 km (20 millas), en Omiya, y formaron lo que se convertiría en el centro de la cultura japonesa del Bonsái; la Aldea Bonsái Omiya. En la década de 1930 al tiempo que las exposiciones formales de Bonsái fueron cobrando auge, se permitió realizar una muestra anual oficial en el Museo de Arte Metropolitano de Tokio.

El largo proceso de recuperación de la guerra del Pacífico (Segunda Guerra Mundial) coincidió con la madurez del Bonsái y su protección al ser considerado como un importante arte autóctono. Los programas de aprendizaje, un mayor número de exposiciones, libros y revistas, y las clases para extranjeros han ayudado a difundir este arte. El uso de herramientas eléctricas personalizadas emparejado con el conocimiento de la intrincada fisiología de la planta ha permitido a unos pocos maestros pasar de la artesanía a una fase verdaderamente catalogada de diseño artístico.

Recientemente, el Bonsái –considerado a menudo sólo un pasatiempo aburrido adecuado para los ancianos– incluso ha adquirido una versión que está llegando a ser popular entre los jóvenes, los mini-árboles y paisajes de fácil cuidado a partir de plantas autóctonas en los que no se realiza ningún alambrado y se pretende dar un aspecto más salvaje. Lea más sobre el Bonsái en Japón.

 

Historia del Bonsái en Occidente

En 1604, se escribió una descripción en español de cómo los inmigrantes chinos de las islas tropicales de Filipinas cultivaban pequeños árboles del género ficus sobre piezas de coral del tamaño de la palma de la mano. La evidencia más antigua conocida escrita en inglés de la existencia de árboles enanos cultivados en maceta (enraizados sobre piedra y cultivados en una bandeja) en China/Macao data de 1637. Posteriores hallazgos, incluso de Japón, correspondientes al siglo XVIII también reflejan el cultivo de árboles enraizados sobre rocas. Decenas de viajeros incluyen alguna mención sobre árboles enanos en sus crónicas de viaje a Japón o China. Posteriormente muchas de las pruebas encontradas fueron seleccionadas y reproducidas en libros y en artículos de revistas de amplia distribución. También muchos de estos árboles enanos japoneses fueron mostrados al público occidental en la Exposición Universal de Filadelfia, en 1876, las de París en 1878 y 1889, la Expo de Chicago de 1893, la Feria Mundial de St. Louis en 1904, la Exposición de Japón-Gran Bretaña de 1910 y en la Exposición de San Francisco de 1915.

El primer libro escrito en una lengua europea (francés) dedicado enteramente a los árboles enanos japoneses se publicó en 1902 y el primero escrito en inglés se publicó en 1940. Yoshimura y árboles en miniatura y paisajes de Halford se publicó en 1957. Este libro se conocería como la "Biblia del Bonsái en el oeste," siendo Yuji Yoshimura el vínculo directo entre el arte del Bonsái japonés clásico y el incipiente enfoque occidental ayudando en la elegante y refinada adaptación para el mundo moderno. El californiano John Naka contribuyó enormemente en esta interacción y a la difusión del Bonsái gracias a sus clases presenciales y sus publicaciones, editadas primero en Norteamérica y posteriormente en el resto del mundo, en las que ponía énfasis en el empleo de árboles autóctonos. Fue en aquella época cuando en occidente comenzaba a conocerse la representación de paisajes de Japón llamados saikei y un resurgimiento de los paisaje de China llamados penjing. Las composiciones con más de un solo tipo de árbol fueron aceptadas y reconocidas como legítimas creaciones.

Con el paso de los años, se han desarrollado leves mejoras e innovaciones técnicas y estéticas, que principalmente han partido de los venerados y antiguos viveros de Bonsái en Japón, y que han ido llegando poco a poco a nuestros países gracias a profesores visitantes o con el retorno de entusiastas y aprendices. Al regresar de Japón, los nuevos maestros han contribuido a su inmediata difusión al emplear las nuevas técnicas frente a los aficionados en talleres programados previamente. Gracias a todo esto, la difusión de las nuevas técnicas japonesas ha sido mayor ayudando al desarrollo de esta forma de arte en evolución continua.

En la mayoría de los primeros libros escritos en lenguas europeas se describían más bien conocimientos básicos de horticultura y técnicas para mantener vivos los árboles. El desarrollo de la ciencia ha ayudado a entender los procesos y las necesidades para la vida de los árboles y otras plantas que aparecen en nuestras composiciones. Al mismo tiempo, el material publicado se ha centrado en explicaciones estéticas sobre estilo y formación. Se han ido formando grandes colecciones permanentes por todo el mundo, incluyendo Escocia, Hungría, Australia y Corea, y numerosos espectáculos, exposiciones y convenciones para los aficionados y el público en general que se celebran ahora anualmente.

La difusión del Bonsái también se ha llevado a cabo de manera colateral mediante otras formas de arte como la pintura o el cine. En este sentido, la proyección de películas como Karate Kid, a su manera, estimularon a muchos jóvenes a dar sus primeros pasos en nuestro arte/hobby. Las "macetas de mica", fabricadas por entonces en Corea, y los alfareros independientes que comenzaron a experimentar con la creación de macetas de cerámica, incluyendo diseños no estándar, también han impulsado la difusión de Bonsái y ha permitido que llegase a todas las capas sociales. En 1992 se inició la difusión del Bonsái a través de internet con el grupo de noticias alt.Bonsái y al año siguiente rec.arts.Bonsái, el precursor del Club de Bonsái de Internet. El primer portal sobre Bonsái apareció menos de tres años más tarde

 

 

Conclusiones

Hay más de 1200 libros sobre Bonsái y artes afines escritos en 26 idiomas. Ha habido más de 50 publicaciones periódicas impresas en varias lenguas y cinco revistas on-line sólo en inglés. Ahora pueden ser visitados cientos de páginas web, más de cien foros de discusión, boletines del club on-line, y blogs. Aparecen constantemente referencias a los Bonsáis en la TV, películas o anuncios comerciales y en producciones de ficción y no ficción. Se puede decir que realmente existe un verdadero interés por el Bonsái en todo el mundo confirmado por la gran cantidad de reuniones de los clubes y las exposiciones que llevan a cabo anualmente o hasta incluso 2 ó 3 al mes en algún caso, todas con la participación de políticos y personalidades, pero sobre todo, con mucha pasión. Podemos estar hablando de ser cerca de 100 mil los socios de clubes en más de un centenar de países, y quizás más de 10 millones contando los aficionados no asociado.

Así que la próxima vez que pode una rama, la alambre o trasplante su árbol, recuerde que lo que está haciendo es continuar una tradición de más mil años. A su modo usted está explorando y creando una versión en miniatura de su universo.