El Jacaranda Mimosifolia es un árbol subtropical nativo de Sur y Centro Amércia. Es muy popular como árbol ornamental debido a sus largas y duraderas flores azules. Tiene también unas bonitas hojas compuestas.

El Jacarandá es un árbol semi-perenne originario del sur de América que puede alcanzar 50 (15m) pies de alto y 40 (12m) pies de ancho. También crece en los estados sureños de los USA, en algunos países Mediterráneos, en Sudáfrica y en Australia. El Jacarandá tiene unas hojas compuestas, parecidas a las de los helechos, de un hermoso color azul o púrpura que llegan a alcanzar hasta 2 pulgadas (5cm) de largo y que se agrupan en grandes panículas. Las flores aparecen en primavera y a principio del verano, y duran hasta dos meses. Las grandes vainas de aspecto leñoso contienen varias semillas aladas. La corteza del árbol es fina, de color gris-marrón y se escama a medida que el árbol envejece. Las ramitas son finas y ligeramente dispuestas en zigzag. Dependiendo de la temperatura y de la cantidad de luz, el árbol puede mantener o perder sus hojas en el invierno. En la mayoría de los casos las hojas se caen antes de que las flores se hayan abierto. En ocasiones al Jacarandá se le llama Palo de Rosa Brasileño o Jacarandá Azul.

Si necesitáis ayuda al identificar vuestro árbol; podéis probar con nuestra guía de identificación de Bonsáis.

 

Guía de cuidados específicos para el Bonsái de Jacarandá

Situación: El Jacarandá Bonsai necesita mucha luz y las temperaturas no deben caer por debajo de los 15°C/59° F, especialmente si se les planta en una maceta de Bonsái. El Jacarandá debe protegerse ante temperaturas más bajas. Si se le mantiene todo el año dentro de casa, será complicado reducir el tamaño de sus hojas. No lo coloque encima de la calefacción. En el invierno, cuando no haya suficiente luz, el árbol puede llegar a perder sus hojas; pero en la primavera volverán a crecer. A finales de Mayo se puede colocar de nuevo el árbol en el exterior en un lugar soleado o con una sombra parcial.

Riego: Mantenga ligeramente húmeda la masa de raíces del Jacarandá. De llegar a secarse las hojas se encogerán, se volverán de color marrón y se caerán. Si se le riega en exceso, las hojas se volverán de color amarillo y también se caerán.

Abonado: Durante la estación de crecimiento use semanalmente un abono líquido. En el invierno abone una vez cada dos semanas.

Poda y Alambrado: El Jacarandá crece de manera muy fuerte. Corte los nuevos brotes hasta uno o dos pares de hojas cuando estos hayan crecido hasta los cuatro o cinco pares. El mejor momento para realizar una poda fuerte es la primavera. Las hojas más largas pueden eliminarse en cualquier momento durante la estación de crecimiento. Es factible alambrarlo, pero los alambres deben quitarse como mucho al cabo de tres meses. Alambre los brotes jóvenes cuando estos hayan comenzado a lignificar.

Trasplante: Trasplante el Jacarandá cada dos años en la primavera y use una mezcla de substrato que drene muy bien.

Propagación: El Jacarandá puede propagarse a partir de semillas o esquejes de madera blanda.

Plagas y Enfermedades: veces los insectos de escamas atacan al Jacarandá. En tales casos, emplee un insecticida específico que contenga aceite.

Para una información más detallada en estas técnicas; podéis buscar nuestra sección del Cuidado del Bonsái.

 

 

Ejemplo de un Bonsái de Jacarandá

Jacaranda bonsai